miércoles, 26 de septiembre de 2007

El cielo de madrid


Tengo una maldición, los libros que me han gustado nunca son los que compro sino los que he cogido en una biblioteca. Creo que tiene hasta nombre de síndrome: de estocolmo. Y es que en el fondo se trata de pereza por deshacerte de algo que durante un tiempo te ha llenado tanto que te gustaría poder tenerlo en la estantería para enseñárselo a los amigos e incluso regalárselo a alguien.

Me ha pasado estos últimos días con "el cielo de madrid" de Julio Llamazares. Ya lo reseñé en otra vida, después de una conferencia de medianoche que dio en un centro púbico de la capital del norte donde habló de muchas cosas que me resultaron cercanas.

Y después de leer el libro, más.

Porque tengo la teoría de que sobre todo nos gustan los libros que nos hacen vibrar con algo que nosotros también hayamos vivido, aunque no sea necesariamente bonito. Me pasó con Paul Auster y sus personajes urbanos e historias de amor con tres vértices y me ha vuelto a pasar con este libro. Deberían leerlo, sobre todo si han vivido en Madrid y como yo, o el personaje son "aquel chico que llego a madrid (de provincias) con el deseo de ser pintor y, sobre todo, de ser feliz en la vida". Y han ido viendo cómo el "cielo de madrid" se acerca o se aleja, al igual que l@s amig@s, los pisos compartidos, los rollos fáciles, las cañas desordenadas hasta la madrugada, etc.

Les aviso, como casi todo lo que escribe este hombre (la lluvia dorada, por ejemplo) es bastante melancólico.

Y les reto a que me comenten cuáles de las frases míticas que hay les ha justado más. En mi cuaderno de "cosas" de momento han entrado algunas:

"Al fin y al cabo cuando uno dice que se va es que ya se ha ido y lo único que hace es expresarlo con palabras".

2 comentarios:

Elena dijo...

Hmmm... El cielo de Madrid... Ese que a veces pesa sobre nosotros como una losa y otras se abre en dos para dejar que la brisa nos acaricie...

Qué raro es volver a verlo y ser sólo ave de paso... Me apunto el libro, me encanta la frase!!

Anónimo dijo...

La lluvia de J. LLamazares es amarilla ;)